¿Por qué no todos los mordedores son iguales? Mucho más que un juguete
Muchos perros pasan horas con juguetes de plástico que, sin que lo sepamos, liberan microplásticos que acaban siendo ingeridos. Además, estos materiales no les aportan ningún beneficio real. En cambio, nuestros mordedores están hechos a partir de madera de olivo, raíz de brezo y astas de ciervo o gamo caídas de forma natural. En lugar de astillarse o romperse en piezas peligrosas, se deshacen en virutas suaves ricas en fibra y minerales.
Cada pieza ha sido cuidadosamente preparada: las astas están cortadas y pulidas para evitar bordes afilados, y la madera ha sido secada, pulida y tratada sin químicos para garantizar seguridad total. Son productos resistentes, duraderos y con un diseño pensado para el uso prolongado. Además de fibra, aportan minerales esenciales como potasio, hierro y magnesio, contribuyendo de forma natural a la salud de tu perro.
Es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza, bien aprovechada, puede cuidar del planeta y también de nuestros animales: no hay sacrificio animal, no hay residuos industriales, solo restos de poda o caídas naturales transformados en bienestar.
Beneficios físicos, emocionales y cognitivos
Desde el punto de vista físico, el acto de morder estimula la mandíbula, promueve la higiene dental y ayuda a segregar endorfinas y serotonina, lo que reduce el estrés y aporta equilibrio emocional. Además, favorece la eliminación del sarro y combate el mal aliento, de forma completamente natural y sin necesidad de aditivos ni productos sintéticos.
Estimulación cognitiva en cachorros
Cuando un perro se enfrenta a un mordedor, no solo lo muerde: piensa cómo girarlo, cómo sujetarlo con las patas, cómo destrozarlo poco a poco. En ese proceso, estimula habilidades que van más allá del juego y favorece su desarrollo cognitivo. Esta interacción es especialmente importante en etapas tempranas de crecimiento, cuando el aprendizaje y la socialización están en pleno desarrollo.
¿Un premio o una necesidad diaria?
A menudo surge la duda de si los mordedores deben darse como premio, de forma puntual, o si deben estar siempre disponibles. Nuestra recomendación es clara: los mordedores deberían formar parte del entorno del perro, como un chupete para un niño. Que estén ahí cuando los necesite, para calmarse, entretenerse o simplemente relajarse.
La única excepción es cuando el mordedor se ha reducido tanto de tamaño que existe riesgo de que lo engulla. En ese momento, hay que retirarlo y ofrecer uno nuevo del tamaño adecuado. También recomendamos supervisar las primeras veces, especialmente si el perro nunca ha usado un mordedor natural, para observar cómo lo manipula y asegurarse de que lo usa correctamente.
Cómo elegir el mordedor ideal
Justamente, elegir bien el tamaño es clave. Siempre recomendamos optar por un mordedor que mínimo supere el tamaño del hocico. Si tienes dudas entre dos tallas, mejor elige la superior. Además, cada producto indica recomendaciones específicas según el peso del perro, lo que facilita tomar la decisión adecuada.
Textura y dureza según la edad
- Los cachorros y perros mayores se benefician más de mordedores blandos como la madera de olivo o la raíz de brezo.
- Los adultos con buena dentadura pueden disfrutar sin problema de astas enteras o partidas, que ofrecen un reto mayor y duran más tiempo.
Nuestra selección de mordedores naturales
En CRU encontrarás distintos tipos de mordedores naturales:
- El clásico y duradero palo de madera de olivo.
- La raíz de brezo con formas irregulares que desafían la mordida.
- Las astas de ciervo, enteras o partidas según la experiencia del perro.
- Las astas de gamo, más anchas y planas.
- Y si quieres una experiencia variada: la Happy Box, un surtido con snacks y mordedores pensado para descubrir cuál prefiere tu compañero peludo.
Todos ellos comparten el mismo principio: ingredientes reales, formatos naturales y un diseño pensado para que el perro disfrute y se beneficie a todos los niveles.
Consejo CRU: acompáñale en el descubrimiento
Si tu perro viene de juguetes de plástico, puede necesitar algo de orientación. Al principio quizás no sepa qué hacer con su nuevo mordedor natural. Te animamos a participar en ese descubrimiento, a jugar con él, a sostenerle el palo, a activar el instinto. Verás cómo, poco a poco, lo elige por sí mismo y lo integra en su día a día.
Una elección que cuida de tu perro y del planeta
En definitiva, un buen mordedor no es un capricho. Es una herramienta esencial para el bienestar físico y emocional del perro. Y cuando además es sostenible, natural y seguro, se convierte en una elección que cuida a tu perro y también al planeta.