Una tarde de verano, tú disfrutas de un helado y tu peludo te mira con ojitos de “yo también quiero”. Y claro, cuesta decir que no. Pero antes de ofrecerles una cucharada o un lametón, hay algo que debes saber:
Los helados para humanos no están pensados para perros ni gatos. La mayoría contienen ingredientes que pueden causarles problemas digestivos e incluso intoxicaciones. Pero, y aquí viene el "depende", existen formas seguras y saludables de ofrecerles algo parecido. Hoy en día existen helados hechos específicamente para ellos, existen tanto helados para perros, como para gatos, formulados específicamente para su sistema digestivo y su metabolismo, ya que son muy distintos al nuestro; y lo que para ti es un postre rico e inofensivo, puede ser un cóctel peligroso para tu mejor amig@. Si te interesa saber cuáles son sus beneficios y cómo ofrecerlos de forma segura, sigue leyendo porque te lo contamos todo.
Por qué los helados comerciales pueden ser peligrosos para perros y gatos
1. Lácteos (leche, nata, yogur)
Tanto perros como gatos pueden desarrollar intolerancia a la lactosa. A medida que crecen, pierden la capacidad de digerirla correctamente. Algunos perros pueden tolerar pequeñas cantidades, pero muchos presentan diarrea, gases y malestar. En el caso de los gatos, son aún más sensibles: la mayoría de gatos adultos no produce lactasa y no digiere bien la leche.
Aunque la imagen del gato bebiendo leche es clásica, en realidad puede causarle una diarrea intensa.
2. Azúcar añadido
El azúcar no es tóxico en sí, pero no forma parte de una dieta natural ni para perros ni para gatos. En los perros, su consumo habitual puede provocar obesidad, diabetes, caries e incluso desequilibrios en la microbiota intestinal. En los gatos, que ni siquiera tienen papilas gustativas para el dulce, el azúcar no solo no les atrae, sino que su organismo no está preparado para procesarlo.
Nunca des a tu perro o gato helado comercial por pensar que “es solo un poco”. No les aporta nada y puede afectar su salud a largo plazo. Además, el azúcar en helados suele ir combinado con grasas poco saludables, colorantes y saborizantes artificiales.
3. Edulcorantes artificiales (especialmente el xilitol)
El xilitol es extremamente tóxico para los perros, incluso en dosis muy pequeñas. Puede provocar hipoglucemia grave (descenso peligroso del azúcar en sangre), daño hepático e incluso en algunos casos, la muerte. Aunque en gatos no hay estudios concluyentes, por precaución también se debe evitar completamente.
Nunca des a tu perro alimentos “sin azúcar” pensados para humanos. Muchos contienen xilitol.
4. Chocolate
El chocolate contiene teobromina, una sustancia que ni perros ni gatos pueden metabolizar correctamente. En perros, puede provocar vómitos, temblores, hiperactividad, arritmias o convulsiones. En casos graves, puede llegar a ser letal. Los gatos son menos propensos a consumirlo por el sabor, pero igualmente vulnerables si lo hacen.
Cuanto más puro el chocolate, más peligroso: el negro es más tóxico que el con leche.
5. Cafeína
Presente en helados de café, té o bebidas energéticas, la cafeína es un estimulante del sistema nervioso muy peligroso. Tanto en perros como en gatos, incluso pequeñas cantidades pueden causar nerviosismo extremo, aceleración del ritmo cardíaco, temblores musculares y convulsiones. Al final, se genera el mismo efecto que en los humanos, el problema es que ellos son mucho más sensibles que nosotros.
Una cucharadita de helado con cafeína puede alterar seriamente el sistema nervioso de un animal pequeño.
6. Frutas prohibidas
Algunas frutas de nuestro día a día pueden ser tóxicas para ellos, especialmente para los gatos. Las uvas y pasas pueden causar fallo renal en perros y se sospecha que también son tóxicas para gatos. El aguacate contiene persina (en especial la piel y el hueso), que puede afectar al sistema digestivo. Cítricos, cerezas o frutas con hueso pueden provocar desde irritación gastrointestinal hasta toxicidad debido al cianuro de sus semillas.
Una pequeña cantidad puede bastar para que un perro o gato tenga una intoxicación grave.
7. Colorantes, conservantes y saborizantes artificiales
Los aditivos artificiales no son apropiados para ningún animal, pero los gatos son aún más sensibles. En los perros, estos aditivos pueden causar alergias o malestar intestinal. En los gatos, cuyo hígado tiene menor capacidad de detoxificación, es más fácil que acumulen toxinas a largo plazo.
Si no lo comerías tú sin revisar los ingredientes, menos aún se lo des a tu perro o gato.

¿Qué helados sí pueden comer?
Los peludos pueden disfrutar de un helado si este está formulado específicamente para ellos. En CRU lo tenemos muy claro: no sólo pueden disfrutarlo, sino que hacerlo en verano puede aportarles muchos beneficios.
Durante los meses más calurosos, los perros pueden sufrir deshidratación sin que nos demos cuenta. Si beben poca agua o no toleran bien el calor, ofrecer un helado natural es una forma excelente de aumentar su ingesta de líquidos. Un helado elaborado con ingredientes hidratantes no solo refresca: hidrata, nutre y estimula su paladar. Si a tu perro le cuesta beber, los helados para perros, especialmente en verano, pero para cualquier época del año, son una solución perfecta que además de ser refrescante es un remedio natural excelente para cuidar su flora intestinal.
Un buen helado natural para perros puede aportar colágeno, minerales como el calcio, el magnesio o el potasio, y aminoácidos esenciales si está hecho con ingredientes de calidad. Si añadimos verduras como la calabaza o la remolacha, estaremos ofreciendo también fibra, antioxidantes y vitaminas naturales.

También existen helados para gatos pensados para su metabolismo y paladar, en los que el beneficio más evidente de un buen helado natural es la hidratación. Los gatos son carnívoros estrictos. Por ello, todo lo que no sea carne o grasa animal debe evaluarse con mucho cuidado, especialmente si es un producto diseñado para humanos. Además, por naturaleza, los gatos suelen beber muy poca agua, lo que puede convertirse en un problema en épocas de calor. Un helado formulado especialmente para ellos, con carnes o vísceras como hígado de vacuno y frutas como la calabaza, la remolacha o la zanahoria, puede ser una forma ideal de aportar líquido sin forzarlos a beber. Además, si el helado incorpora ingredientes animales que respetan su dieta carnívora, se convierte también en un premio sabroso y nutritivo.
Nuestros helados, por ejemplo, están hechos con carnes, pollo o vísceras como hígado de vacuno; frutas como zanahoria, calabaza o remolacha, y agua. No contienen lactosa, ni azúcares, ni aditivos artificiales. Son seguros, nutritivos, hidratantes y además... ¡les encantan!
Y si prefieres algo casero o quieres ofrecer nuevos sabores, también puedes usar caldos de huesos, que son colágenos naturales y suplementos perfectos para tu peludo. Los puedes meter en moldes de silicona y llevarlos al congelador. Es tan sencillo como usar caldo de ternera con zanahoria y calabaza, caldo de pollo o pavo, o incluso una base de caldo combinada con pequeños trozos de frutas aptas para ellos. Así puedes crear tus propios helados caseros con multitud de sabores, cuidando su hidratación, salud y felicidad en verano.
En resumen
No, no compartas tu helado de chocolate con tu perro ni tu cucurucho de dulce de leche con tu gato. Pero eso no significa que no puedan disfrutar de un capricho veraniego. Solo necesitan la versión adaptada a su biología. Y en eso, en CRU, tenemos mucho que ofrecerte ;)
¿Te gustaría que compartiéramos más recetas para hacer helados caseros para tus peludos? ¡Déjanos un comentario aquí abajo y te las pasamos encantadas!